La tala de arboles
Cuando
se elimina un bosque y el terreno es destinado, por ejemplo, a la
explotación agrícola o ganadera, disminuye en gran medida la capacidad
de la superficie terrestre para controlar su propio clima y composición
química.
Los
árboles crean oxígeno, elemento que sabemos bien, necesitamos para
respirar. Esa sola circunstancia parecería motivación suficiente para
dejarlos intactos. En calidad de pulmones del planeta, los bosques
trabajan las 24 horas para extraer el dióxido de carbono del aire
(proceso denominado “captura de carbono”) y brindarnos oxígeno a cambio.
En
nuestros días, muchos científicos preocupados por el cambio climático
investigan toda clase de ardides intrincados, caros y artificiales para
capturar el carbono de la atmósfera con la esperanza de moderar el
cambio climático. A mí me parece un despropósito. Ya tenemos un sistema
natural que, además de capturar el carbono de la atmósfera, nos brinda
el tipo exacto de aire que necesitamos para respirar: el sistema de
nuestros árboles. ¡Y sus servicios son gratuitos! No puede pedirse mucho
más.
Y
aun hay más: los bosques cumplen otros servicios vitales. Recolectan y
filtran nuestra agua dulce, con lo cual mantienen el ciclo hidrológico
general del planeta y moderan inundaciones o sequías. Conservan la salud
del suelo porque sostienen en el lugar la fértil capa superficial, rica
en nutrientes. ¿Cómo se nos ocurre destruir a tan indudables aliados?.
Una de las mayores amenazas para la vida del hombre en la Tierra es la deforestación. Esta actividad que implica “desnudar el planeta de sus bosques” y de otros ecosistemas como de su suelo, tiene como resultado un efecto similar al de quemar la piel de un ser humano. ¿Por qué decimos esto? Sin lugar a dudas, los bosques ayudan a mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad, limitan la erosión en las cuencas hidrográficas e influyen en las variaciones del tiempo y en el clima. Asimismo, abastecen a las comunidades rurales de diversos productos, como la madera, alimentos, combustible, forrajes, fibras o fertilizantes orgánicos.
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