El ahorro de agua
El uso eficiente y ahorro del agua a nivel mundial se ha convertido en
una necesidad crucial para garantizar la sostenibilidad del recurso
hídrico, considerándolo como un “recurso finito y vulnerable, esencial
para sostener la vida, el desarrollo y el ambiente”, teniendo en cuenta
que su “gestión debe basarse en un enfoque participativo, involucrando a
usuarios, planificadores y los responsables de las decisiones a todos
los niveles” (Conferencia internacional sobre el Agua y el Medio
Ambiente, Dublín 1992), el uso eficiente del agua implica entre otros,
caracterizar la demanda del agua (cualificar y cuantificar) por parte de
los diferentes usuarios y analizar los hábitos de consumo para
emprender acciones dirigidas hacia cambios que optimicen su uso, así
como a la promoción de prácticas que permitan favorecer la
sostenibilidad de los ecosistemas y la reducción de la contaminación.
También es un factor determinante para la evolución de la sociedad. Se utiliza, para beber, aseo personal, cocinar, regar, llenar piscinas, entre otros usos o para obtener energía y consumo industrial.
La naturaleza, al completar el ciclo natural del agua, hace que ésta no se pierda y vuelva a ser utilizada por los seres vivos, por eso se dice que el agua es un recurso natural renovable.
Es considerada como un recurso renovable cuando se controla responsablemente su uso.
El agua como se ha dicho anteriormente es indispensable para la vida del ser humano (aseo, alimentación y ocio) pero además es fundamental en las actividades industriales del hombre (energía eléctrica, desarrollo de actividades agrarias, turísticas, etc.) por ello es factor determinante en el desarrollo de una sociedad. Hay que usarla responsablemente, tomando conciencia de que no hay que malgastarla y evitar su contaminación.
En las grandes industrias y empresas se desperdicia mucha agua, ya sea por poca concienciación, ya sea por un problema económico, lo que lleva a la carencia de plantas depuradoras de agua lo cual no permite que esta agua pueda volver a utilizarse.
No sólo la industria derrocha agua, también los hogares domésticos la desperdician porque no hay conciencia de su ahorro y se utiliza más de lo que se necesita.
La actividad humana, realiza vertidos de residuos, como consecuencia se contaminan los manantiales de agua y se desaprovecha gran cantidad de la misma.
El aumento de la población mundial, hace que aumente la demanda de agua limpia. La escasez del agua afecta a millones de personas en todo el mundo, sobre todo a los países más pobres, que sufren muchas enfermedades relacionadas con la calidad del agua (diarrea, cólera, etc.). El acceso al agua potable reduce la mortalidad en la población, principalmente en la infantil. Estudios de la FAO estiman que antes del 2030, el 20% de los países en vías de desarrollo tendrán problemas para el acceso al agua.
La desigual distribución y la gestión ineficaz provocan que millones de personas no tengan acceso al agua potable, y que, si se sigue esta tendencia, en menos de veinte años el número de personas privadas del acceso al agua potable se multiplique por cuatro.
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